Haríais bien en entender "Saliendo desde el banquillo" como un blog sin grandes pretensiones, más allá de un mero intento de dar a conocer mis opiniones personales acerca de los distintos acontecimientos deportivos que se vayan sucediendo desde hoy, fecha de apertura de este blog, desde una perspectiva marcada por la gran afición y el humilde conocimiento técnico y táctico del que soy conocedor.
La motivación es máxima, a la par que la ilusión. El objetivo, absolutamente indefinido. Y las aspiraciones, completamente inexistentes.
No puedo adelantar de qué tratará el blog. Ni siquiera tengo una idea clara. Quizá termine habiendo una especialización concreta o quizá terminemos divagando sin rumbo. No pretendo dar explicaciones objetivas sobre lo que acontezca dentro de un terreno de juego, una cancha o un circuito de velocidad. Nadie es objetivo y yo menos que nadie aún. Percibiréis mis pasiones y mis debilidades, al igual que seréis conscientes de aquello que no comparto y con lo que no comulgo. Encontraréis opinión, sin más. Opinión tan válida como cualquier otra. Por eso, os animo a que expreséis la vuestra cuando así lo creáis conveniente.
Nadie dijo que fuera fácil tratar de poner "negro sobre blanco" aquello que uno comparte en sus tertulias con amigos, compañeros de trabajo y demás fauna "casero-mediática". No obstante, vamos a intentarlo... desde allí donde uno no puede sentir la humedad del césped bajo sus pies o escuchar el chirriar de sus botas sobre el parquet...
¡Bienvenidos!
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